Change Language

domingo, 2 de noviembre de 2014

En el Linde del Bosque




Nos comemos con la mirada mientras tenemos charlas interminables. Miro cada rincón de tu cara sin dejar de soñarte y hasta el tacto se vuelve innecesario porque igual te siento con mi campo visual mientras en mi pecho una fogata eleva sus flamas.



   Casi expulso humo por mis orejas. Hasta quiero llorar. Ese es el valor de algo, de un sueño, que crece y crece y que parece irreal



(¿Eres una ilusión? No te desvanezcas).