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domingo, 2 de noviembre de 2014

En el Linde del Bosque




Nos comemos con la mirada mientras tenemos charlas interminables. Miro cada rincón de tu cara sin dejar de soñarte y hasta el tacto se vuelve innecesario porque igual te siento con mi campo visual mientras en mi pecho una fogata eleva sus flamas.



   Casi expulso humo por mis orejas. Hasta quiero llorar. Ese es el valor de algo, de un sueño, que crece y crece y que parece irreal



(¿Eres una ilusión? No te desvanezcas). 



   Añoro la intimidad como añoro otras cosas, como el dinero o el crecimiento de mis habilidades. Y a veces parecen metas incumplidas. Quiero tanto y logro poco pero tú haces que se sienta distinto. Soy un ganador ante tus ojos inquietos y honestos, que me miran dulcemente y me dan luz. 



(Como águila me cazas con tu mirada). 
 


   Desearía estar lejos, en las montañas, en el mar. Contigo, por supuesto. Contigo y tus sueños locos. Contigo y nadie más. Contigo y mis miradas tiernas, las que pienso dedicarte hasta la eternidad



(hasta que el día se vuelva sombras y la natura nos envuelva, y nuestros cuerpos queden enterrados debajo de las hojas muertas de los árboles que florecerán en otra estación). 
 


   En el linde del bosque tomas mi mano porque sabes que soy el mejor guía y sé que eres la persona adecuada; 



(porque confías en mí, en lo que me dice el aire y lo que te dicen mis besos).



   No es necesario acudir a los ruegos. Nos perdemos en nuestros juegos de niños sin pensarlo mucho ni actuar como adultos que conocen de la muerte y la esperarán sentados. Hay algo distinto, es ese valor de algo, de un sueño, que crece y crece



(¿contigo?).



   Contigo, contigo, contigo. Mi palabra favorita. Crezco contigo y respiro también. En la cama parecemos compartir un solo aparato respiratorio. Parece que también el circulatorio. Y bombeamos sangre al mismo ritmo mientras nuestra piel cálida se funde, y te hundes en mí para crear a un solo ser, sin forma, sin sentido, con vida y amor, con la sabiduría de mil hombres, con la capacidad de crear lo que no puede ser creado. Porque hay algo distinto, es ese valor de algo, de un sueño, que crece y crece...



solamente contigo.



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