Ermitaño chino, por Gworld |
Echa al abismo aquellos recuerdos que fundieron nuestras emociones en piedras preciosas. No hay nada más que frío cuando respiro y veo el mar que ruge en esta eternidad.
Mis ojos se congelan al pensarte. Estás flotando en el agua y las olas no te hacen daño. No le temes a la oscuridad del cielo, no le temes a mi corazón que late. Pero yo te temo porque ya morí una vez en tus brazos, en el agua fría.