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domingo, 17 de febrero de 2013

La guerra terminó en empate.

Me alegro mucho haberte cazado. En el más oscuro de los bosques de mis pensamientos. En el continente alejado de lo que debería ser correcto.
Empuñé mi cuchillo, afilé mi espada. Preparé mis flechas para la batalla. No se si caíste en mi red o si yo caí en la tuya. Quizás nos atrapamos mutuamente. Quizás ambos ganamos la guerra.
La paz, la calma, la alegría después de la lucha. Llueven flores blancas para los bandos victoriosos.
Amor, felicidad. Son sinónimos de grandeza. Nuestros ojos se buscan en el polvo, dejado por la muchedumbre.  Y en las batallas que nos quedan por librar seremos un solo ejercito, un solo bando, un solo ser.

2 comentarios:

  1. grandioso! inspira... excelente comienzo amigo..

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    1. Gracias por tomarte la molestia de leerlo! y me alegro de que te haya gustado.

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