Un
oleaje violento cubre la costa de una tierra que merece aguas calmadas.
Olas
rojizas.
Olas de
lágrimas.
La vida
era hermosa en tricolor
Con
estrellas en un azul cielo que ahora oscurece,
Y se
pierde en nubes de tormentas tropicales.
Llueve
sangre.
La
belleza de aquella negrura en tus noches me enseña a amarte.
Manchamos
de sangre tu bandera
Pero la
limpiaremos con sutileza,
Para no
destrozarla.
Llueve
sangre.
¡Y caen las rosas de pétalos tricolores!
Una por
una en el jardín del edén envenenado.
Los
tiranos no saben cultivar ni una alegría
Pero
hicieron crecer al conformismo como hiedra.
No se
calma la lluvia.
Nos
desvanecemos como una bandera que desciende de su asta,
Para
luego caer en un pozo de cuerpos .
La vida
es hermosa para aquellos que desaparecen.
Diluvio de muerte.
Hay sol
en nuestra lluvia, por eso
no morimos de frío;
Morimos
de calor.
Se abren los ojos de tu pueblo.
¿Hay
vida en algún lado?
La vida
es hermosa en tricolor, ¡Pero tus tierras se tiñen de rojo!
Y el
cielo que oscurece ya no tiene estrellas en su azul.
Tampoco
hay riquezas que presuman tu amarillo.
Sólo la
lluvia es callada por disparos.
Sólo
disparos en vez de risas.
Sólo
tiranía en vez de Gobierno.
“¿Existe
Venezuela en América Latina?”
“Claro,
es ella la que te regala cosas, pero ahora muere.”
Abandonada
eres por el mundo, pero acurrucada siempre por tu gente.
Mujer nuestra,
tus lágrimas se secarán.
Algún
día se calmará la lluvia.
Y cuando
pase, tu pueblo limpiará la sangre de tu bandera
Después
de honrar a cada uno de tus mártires.
¡Hagan monumentos para ellos!
Y
brillarás de nuevo en tricolor
Como la
hermosa mujer que antes fuiste.
Porque no
morirás mientras tus hijos peleen.
¡Extiendan sus alas como el turpial!
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